El Alzheimer es una enfermedad de las llamadas neurodegenerativas, pues ocurre por un daño ocasionado en el sistema neurológico y los síntomas se vuelven más crónicos con el paso del tiempo.
El mal de Alzheimer principalmente ataca la memoria del individuo, sin embargo, afecta otras funciones mentales básicas. Los médicos especialistas y familiares de pacientes con Alzheimer declaran que estos retroceden al punto de parecer bebés nuevamente.
La enfermedad del Alzheimer puede aparecer a partir de los 65 años, por debajo de esa edad se considera que es una aparición prematura de la misma, siendo los 85 años la edad de más riesgo para padecer este mal.
Esta enfermedad ocurre en el sistema nervioso central, y ocurre porque se deterioran las conexiones neuronales, así como las mismas células y neuronas (mueren las neuronas). Este hecho ocasiona la pérdida de memoria y otros síntomas como confusión, desorientación, la pérdida de funciones básicas y trastornos graves de la conducta del individuo.
En la actualidad no se conoce cuál es la causa exacta que provoca el deterioro de las neuronas que dan paso a la aparición del Alzheimer, sin embargo, se siguen invirtiendo fuertes sumas de dinero en la investigación de su causa para su futura prevención.
Los últimos datos indican que la causa no puede ser una, sino que pueden ser varias, y están asociadas a la influencia genética, la alimentación del individuo y su estimulación cognitiva y cultural. Otras causas están ligadas a accidentes en los que el paciente sufrió traumatismos craneoencefálicos severos, o que haya sufrido de profundos episodios de depresión.
Los pacientes que padecen de Alzheimer presentan una variedad de síntomas, que van empeorando con el paso del tiempo, siendo el principal la pérdida la memoria inmediata y la incapacidad de adquirir nuevos recuerdos.
Entre otros síntomas tenemos:
El diagnóstico del mal de Alzheimer lo realiza un médico con especialización en neurología, y se basa es estudios del comportamiento físico y mental del paciente. También se apoya en exámenes y pruebas médicas.
Lo primero que determina el especialista son los cambios psicológicos, cognitivos y conductuales que presenta el paciente, basándose en el testimonio de sus familiares y observaciones propias. Asimismo el médico acude a pruebas de memoria y de funcionamiento de las capacidades cognitivas del paciente, entre ellas pruebas neurológicas.
Por otro lado, de ser necesario, los especialistas recurren a métodos por imágenes que les permitan detectar la lesión cerebral que padece el paciente, entre estos métodos tenemos:
Lamentablemente el mal de Alzheimer no tiene cura, sin embargo, existe una variedad de medicamentos destinados para tratar esta enfermedad, los cuales están orientados a mejorar la función mental de los pacientes y a disminuir los síntomas de la depresión.
Una persona que padezca Alzheimer no es un paciente fácil de tratar, pues aunado a la pérdida de memoria se presentan cambios conductuales que pueden generar frustración y desespero a los cuidadores, si estos no están capacitados.
Lo ideal es que los pacientes con Alzheimer tengan a su disposición una enfermera o terapeuta ocupacional que atienda sus necesidades y estimule sus habilidades cognitivas a través de ejercicios de memoria. Los familiares de estos pacientes además deben procurar que se cumplan los chequeos médicos y psicológicos pertinentes para monitorear el avance de la enfermedad.
El mal del Alzheimer es una enfermedad muy dolorosa, pues no es fácil ver el deterioro diario de nuestros seres queridos, la recomendación es armarse de excesiva paciencia y multiplicar las cantidades de amor para estos abuelitos especiales.