El diagnóstico de presión alta no siempre es fácil de hacer, principalmente porque suele ser asintomática y no presenta síntomas físicos evidentes. De hecho, el organismo es capaz de acostumbrarse gradualmente al aumento de la presión, sin sufrir inmediatamente las consecuencias visibles.
Esto lleva a una subestimación general de la condición, lo que puede ser particularmente riesgoso. Cuando están presentes.
Los síntomas de la presión alta incluyen los siguientes:- Dolor de cabeza matutino;
- Mareo;
- Zumbidos en los oídos;
- Cambios en el campo visual;
- Sudores fríos;
- Sibilancias o latidos del corazón;
- Náuseas;
- Sensación de ansiedad;
- Sangrado nasal;
Sin embargo, estos síntomas no son específicos y ocurren raramente; por lo tanto, son difíciles de identificar y correlacionar con una condición de presión alta.
En el caso de que un paciente padece presión alta arterial de alto grado y por tanto se encuentre en una crisis hipertensiva, pueden surgir peligrosas complicaciones como: angina de pecho, pérdida de conciencia, ictus, edema pulmonar, infarto, problemas renales y disección aórtica.
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