Todos experimentamos esos cambios en algún momento, en cualquier lugar del planeta. Tarde o temprano se producen procesos de marchitamiento en la piel, el cuerpo y sus tejidos, los órganos, el cabello, los dientes.
Tal vez, la piel del rostro sea la primera en transmitir los signos de la edad. La razón principal del envejecimiento es que con los años, la piel deja de generar la cantidad necesaria de sustancias responsables de mantenerla elástica, firme, en tono y bien texturada. Se trata del colágeno y el ácido hialurónico.
Su déficit desencadena los siguientes cambios estéticos:- La piel se ve deshidratada y menos radiante;
- Se hacen notorias las líneas de expresión;
- Aparecen arrugas en la zona de mímica activa: entre las cejas, en la frente, etc.;
- Los pliegues nasolabiales se notan fácilmente;
- Puede aparecer pigmentación en forma de manchas;
- Caen las comisuras de los labios;
- Los párpados se hacen decrépitos;
- Los labios pierden su color y sus contornos precisos;
- El cabello pierde su brillo y pigmento, aparecen las canas;
- El óvalo del rostro se cae y su marco se ve menos firme.
Detrás de estos defectos visuales están los procesos que afectan la epidermis: cambios del metabolismo celular de oxígeno, se reduce la capacidad de restauración de células, la pérdida de matriz extracelular y eso provoca que la piel no sea tan elástica y lisa como antes. Le falta nutrición e hidratación y corre más riesgos de inflamación.
Los cambios también se notan en los órganos y sistemas del organismo. Las articulaciones adquieren rigidez y los cartílagos se desgastan lo que muchas veces está acompañado con dolores y el cuerpo pierde su agilidad.
La vejez es una etapa de la vida. Y así debe ser tratada. Sin embargo, hay cosas que nos hacen envejecer antes de tiempo. A continuación, investigaremos los factores que pueden acelerar el proceso de marchitamiento.