Todo depende del tipo de deporte que se practique y de la intensidad del esfuerzo que se realice. Partamos de un hecho, todo adulto sano debe consumir al menos 2 L de agua al día. Esta es la base, dependiendo del número de entrenamientos a la semana, del tipo de actividad física que se realice y del propio metabolismo, puede ser necesario incluso consumir 3 L de agua al día.
¿Es suficiente agua para reponer líquidos? No siempre. De hecho, a veces, a pesar de beber mucha agua, no es posible reintegrar los sales minerales y las vitaminas, que son esenciales para mantener el equilibrio hídrico y las funciones del organismo bajo control.
¿Cuándo beber y cuánto? Durante las comidas, tanto para deportistas como para no deportistas, se recomienda beber solo 1 vaso de agua, para que no se ralentizan los procesos de digestión. Es bueno repartir los 2 L de agua diarios, a lo largo del día.
Cambiar los hábitos es útil para aprender a beber poco, pero a lo largo del día. Antes de la actividad física es recomendable no excederse en el consumo de líquidos, ya que hacer deporte con la vejiga llena no permite optimizar el rendimiento deportivo.
Por el contrario, después del deporte, es necesario reponer los líquidos perdidos. Esto nos garantiza una recuperación rápida y que el cuerpo no tome las reservas de agua que son necesarias y vitales para el funcionamiento de los órganos del cuerpo.